Belén López: «En el ciclismo femenino hace falta mucha inversión, una inversión de futuro»

Son muchos los andaluces que han tenido que salir de la comunidad para buscar un trabajo. En esta mala situación económica, cualquier posibilidad de irse fuera para poder trabajar se ve con buenos ojos. En el caso de Belén López (Rota, 1984), el trabajo está sobre una bicicleta. Tras acabar la carrera de Biología en 2007 decidió salir de Andalucía para poder seguir dedicándose al ciclismo. “Si quería continuar con la bicicleta tenía que irme fuera. En el 2008 estuve en el Comunidad Valenciana y a partir de 2009 hasta la actualidad en País Vasco con Lointek”.

Tras un fin de semana de viaje al Norte de España para competir [Trofeo Euskaldun, donde quedó octava en la última carrera y donde su equipo va líder] Ciclismo Andaluz pudo compartir un rato con ella para charlar acerca de la temporada y del ciclismo femenino. Durante la videollamada Belén se muestra como una chica agradable que no pierde la sonrisa risa y que disfruta con lo que hace. Está sentada frente al ordenador y en el fondo de la habitación se puede ver una bicicleta. Su gran pasión. Lo que le hace estar viajando constantemente. Horas y horas de viajes para poder hacer lo que más le gusta: ser ciclista.

Como corredora, se defiende en contrarreloj y a la hora de esprintar no le fallan las piernas. Sin embargo, ella misma reconoce que la modalidad contra el crono es algo que no le llama la atención: “La contrarreloj no me gusta nada. He hecho dos veces tercera en el Campeonato de España pero no es una modalidad que entrene”. En la media montaña da la talla y, si el grupo llega arriba, ella es de las más rápidas.

Pregunta: ¿Un estilo Valverde?

Respuesta: Más quisiera yo. [responde entre risas desde el otro lado de la pantalla]

P: ¿Es fácil compatibilizar el trabajo con los entrenamientos?

R: El año pasado con mucho sacrificio porque estuve trabajando de profesora de Ciencias Naturales Bilingües en La Línea y salía todos los días a las tres de la tarde y las cuatro estaba montada en la bicicleta.

Belén López celebra una victoria. Foto: M. Zuazubiskar.

Belén López celebra una victoria. Foto: M. Zuazubiskar.

Se lamenta del enorme sacrificio que conlleva ser ciclista. «Cuando te dicen tus amigos que los jueves van a salir dices tú: vale, sí, entreno, llego a las ocho, tengo que ducharme, tengo que salir, ahora nos recogemos tarde… y yo a las ocho y media de la mañana entro a trabajar». Belén asegura que tuvo que quitarse de muchas cosas para poder descansar: «El año pasado llevé una ‘tralla’ con respecto al descanso que no fue normal. Dormía seis o siete horas porque si quería prepararme las clases como yo las preparaba, no podías dormir ocho horas».

P: ¿Cómo es tu rutina un día normal?

R: Me suelo despertar sobre las siete, me tomo las pastillas del hierro, la vitamina C y la vitamina B12 y me vuelvo a acostar. A las ocho o así me despierto otra vez para el desayuno y a las nueve y media salimos a entrenar. Llego, como muy tarde a la una y media, me ducho, como y a las tres y media empiezo a dar clases particulares.

«El bombero» es su compañero de andanzas, la persona con la que sale a entrenar siempre que el trabajo y la planificación de los entrenos se lo permiten. «Normalmente vamos para Coronil y Montellano y cuando yo voy a la sierra tengo la suerte de que mis suegros tienen una casa allí y me voy la noche antes, salgo desde Algodonales y hago series subiendo el Puerto de las Palomas».

P: ¿Cómo fue y qué sentiste con tu primera victoria?

R: Fue allá por el año 93 en Arcos de la Frontera. Muy feliz, la primera carrera que se gana con ocho o nueve años, aunque ni sabía que había ganado: fui, hice mi gymkhana y me dijeron que tenía que ir al podio a recoger el primer premio y yo más feliz que una perdiz.

Belén pensaba que no iba a vivir del ciclismo. Lo pensaba ella y «el 90% de las que se dedicaban a ello», por lo que priorizó los estudios, así que decidió no comprometerse con ningún equipo hasta que no terminara la carrera. «El que me llevaba a correr era mi padre, ‘furgona para arriba furgona para abajo’. Lo mismo nos íbamos a Gerona que al País Vasco; Madrid era lo más cerca». Al no tener equipo los gastos son mayores: «La bici te la tienes que comprar tú, la ropa me la medio regalaban los de Halkony, pero lo que es gasolina, a mi padre le ha salido por una pasta». 

Siempre tuvo el apoyo de sus padres. Relata que cuando empezó a montar en bicicleta dos chavales del club fueron atropellados por un coche y necesitaban ayuda a la hora de salir en bicicleta, por lo que su padre la ofreció para ayudarles.

P: ¿Has hecho siempre carretera o has probado también el Mountain Bike?

R: No, siempre he hecho carretera y pista. Mountain Bike solo he corrido tres carreras en mi vida. En pretemporada suelo hacer un poco más, pero hago sobre todo carretera. Pista hacía desde que era cadete hasta sub23.

P: ¿Qué carreras te gustan más? Las clásicas, las carreras italianas, la zona de Francia…

R: Depende, porque en Bélgica las carreras se hacen en invierno y yo con el frío no ando ni para atrás, pero están muy guapas. La carrera que mejor recuerdo en mi vida es la Flecha – Valona. Hice la cuarenta y pico a no sé cuánto tiempo, pero por el hecho de estar subiendo el Muro de Huy en el segundo pelotón con la gente aglomerada animando, yo cogí, tiré los dos bidones, la comida que llevaba y dije por mis cojones que llego la primera del grupo. Nada más que la emoción de ver a la gente animando te pone los vellos de punta.

De las carreras en Italia también tiene una buena impresión, sobre todo del Giro Toscana, que es lo que suelen hacer. De las carreras de Francia critica la comida que les dan. Ella la califica como «comida de rancho», aunque las carreteras son otra cosa totalmente distinta que sí merecen la pena.

El equipo Lointek atiende instrucciones. Foto: M. Zuazubiskar.

El equipo Lointek atiende instrucciones. Foto: M. Zuazubiskar.

Acostumbrada a vivir en el Norte y en el Sur de España, asegura que no tiene nada que ver cómo se vive el ciclismo en Andalucía y en el País Vasco. «Aquí en Andalucía solo tienes que mirar el calendario: hay cuatro carreras de juveniles. Allí [en el País Vasco] hay una barbaridad de carreras. Lo que no es normal es que aquí [en Andalucía] haya millones de carreras de Mountain Bike que piden 20€ como mínimo para correr. Ahí se sacan las perras los que organizan. Como haciendo carreras de cadete no sacan dinero, pues no organizan, y eso es lo que no se puede permitir». Critica que solo se hagan carreras para máster, cuando lo que hace falta es carreras para la gente joven que, al fin y al cabo, son los que van a ser profesionales en el futuro.

P: ¿Cómo ves que en categorías inferiores hombres y mujeres compitan juntos?

R: Las féminas tenemos la posibilidad de, cuando somos cadetes, correr con los infantiles; cuando somos juveniles podemos correr con los cadetes. Yo eso nunca lo he hecho, solo lo he hecho una vez que he llegado a sub23 porque con 19 años no puedo meterme en una carrera de sub23 ya que me estoy midiendo con un hombre que me saca de punto desde el primer momento. La verdad es que corre bastante bien con los chavalines.

P: ¿Cuáles son los objetivos del equipo para esta temporada?

R: Afianzar el Trofeo Euskaldun, donde estamos muy bien posicionadas para ganarlo tanto e sub23 como en élite; el Tour de Languedoc, Tour de Bretaña, Tour de Limusin y Bira, aunque lo más importante es coger puntos UCI.

P: ¿Y los tuyos?

R: Como todos los años, el Campeonato de España e intentar estar en el Campeonato del Mundo para hacerlo lo mejor posible.

A nivel nacional Belén ha conseguido victorias, algo que le está faltando cuando corre fuera. Espera que este año se invierta la situación. De momento, ha hecho quinta en la Vuelta a Costa Rica, donde terminó segunda en la etapa reina. De Costa Rica se queda con lo «súper respetuosa» que es la gente, con el rendimiento individual y con el del equipo. Sin embargo, ese respeto lo pierden a la hora de conducir: «Los coches están locos perdidos, nos lo dijeron los chavales de la zona; entrenar allí es una locura».

P: Como licenciada en biología, te proponemos un juego: te decimos un ciclista y nos lo comparas con un animal. Cancellara

R: Cancellara sería un rinoceronte, porque corre a ritmo y es capaz de dar un último impulso que mata al rival.

P: Peter Sagan

R: Sagan es un guepardo capaz de aguantar media montaña y después pegar un sprint monumental a la hora de cazar a la presa.

P: Marianne Vos

R: Marianne Vos es una extraterrestre, no se puede comparar con ningún animal.

P: Alberto Contador

R: Un colibrí por la cadencia que es capaz de mantener

Volviendo al territorio andaluz, Belén asegura que si tuviera que quedarse con una subida de la comunidad andaluza sería el Puerto de las Palomas. También El Boyar, la subida que va desde El Bosque a Grazalema. Es por ello que tiene en la mente la pasada etapa de la Vuelta a Andalucía que pasó por ese puerto: «No la vi, pero todo el mundo me dijo que estuvo muy bonita».

P: ¿Tiene futuro el Ciclismo Andaluz?

R: Viendo la situación precaria en la que están los chavales, lo veo crudo. Si sale algo adelante es por Joaquín León [llevaba el año pasado a la cantera del equipo Andalucía y ahora dirige el equipo Belizón y Rodríguez] porque echa valor a la cosa y quiere sacarlos para adelante. Sinceramente, yo he corrido este año en Loja con ellos y había cuatro gatos como quién dice. Me gustaría pensar que sí, pero tal y como están las cosas en el ciclismo base en Andalucía, si sale es por gente como Joaquín.

P: ¿Y cómo está la situación en el ciclismo femenino?

R: Las chicas no salen a correr fuera. La mayoría está estudiando y sus padres están trabajando y no pueden permitirse [como hace ella] subir al País Vasco a correr todas las semanas.

Cuando le preguntamos por lo que sería necesario para potenciar el ciclismo femenino, no duda ni un segundo a la hora de responder: inversión. «Mucha inversión. Una inversión de futuro. De los máster no salen los profesionales, los profesionales salen de las chavalas y de los chavales. Si no potenciamos el ciclismo base, mal vamos».

Belén López es el reflejo de lo difícil que es vivir del ciclismo femenino. Reparte sus días entre entrenamientos, viajes y clases particulares, algo que le lleva a sacrificar muchas cosas. Sin embargo, está contenta con ello. Al fin y al cabo, es lo que eligió y, de momento, no le va nada mal. Sin más, nos despide con una sonrisa, mucha felicidad y su acento andaluz, que al igual que la señal del maillot con el sol, lo tiene marcado por mucho tiempo que pase fuera de su tierra, Andalucía.

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